Buque «Alpha Helix», propiedad del Cicese, vuelve a navegar

La embarcación estuvo inactiva un año y medio, por los efectos de la pandemia, ya tuvo una salida sin contratiempos y tendrá actividad a mediados de agosto y en septiembre




El Buque Oceanográfico Alpha Helix propiedad del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada Cicese, reanudó operaciones con un crucero que sirvió para calibrar un perfilador de corrientes, capacitar personal técnico y para obtener muestras de agua de mar para dos proyectos.

Un poco más lento en su navegación debido a las adherencias en el casco, pero con todos los sistemas hidráulicos, electrónicos y de navegación en pleno funcionamiento  y con una tripulación entusiasmada por reanudar actividades en el mar.

El buque zarpó a las 8:08 horas del miércoles 23 de junio al mando del capitán Pedro Núñez Cota, llevando como jefe científico al Ing. Juan Carlos Leñero Vazquez, quien es coordinador de Operaciones del Departamento de Embarcaciones Oceanográficas (DEO). Luego de estar un año y medio anclado por la contingencia.

La nave cuenta con equipamento sofisticado como la nueva ecosonda multihaz que permite mapear el fondo marino en alta resolución. Fue adquirido por el Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (CeMIE-Geo), para un proyecto de exploración geotérmica en cinco cuencas marinas del Golfo de California que lidera el doctor Antonio González Fernández.

Con la aparición de la pandemia y el calendario y las fechas de crucero asignadas cambiaron, los jefes científicos que tenían asignado tiempo de barco para 2021 solicitaron retrasar las fechas. Aunque la mayoría prefirió pasarse a 2022, el programa IMECOCAL que está proyectado a mediados de agosto (el doctor Tim Baumgartner será el jefe científico), y el crucero Batimetría 2021, del doctor Antonio González, para finales de septiembre, principios de octubre.

La necesidad de calibrar el ADCP (perfilador de corrientes acústico Doppler) se recolocaron aparatos bajo el casco, instalaron la nueva ecosonda multihaz y otra ecosonda científica con arreglo de cuatro transductores que ya se tenía.

Para asegurar que todos los parámetros, mediciones y datos del ADCP, fueran confiables, el ingeniero Leñero Vazquez, con experiencia en este tipo de calibraciones, fue designado como jefe científico.

También surgió la necesidad de hacer una hidrocala (un lance con instrumentación y equipo oceanográfico) para tomar muestras de agua de mar, probar un CTD (un perfilador de la columna de agua para temperatura, salinidad, conductividad, oxígeno) propiedad del Departamento de Oceanografía Biológica (DOB), y de capacitar a un nuevo técnico adscrito a ese departamento en maniobras a bordo.

De esta manera, a la tripulación de 10 persona se sumaron tres técnicos académicos al crucero: Doreny Bobadilla Gámez, del laboratorio del laboratorio del doctor Juan Carlos Herguera; César Almeda Jáuregui, del grupo del doctor Helmut Maske Rubach, y Ernesto Ortiz Huerta, en entrenamiento para el DOB.

El crucero se programó para dos días de actividad que se realizaron sin contratiempos.

Condiciones internas del buque oceanográfico

El jefe del Departamento de Embarcaciones Oceanográficas, Oc. Daniel Loya Salinas, explicó porqué la embarcación estuvo detenida.

“Los barcos de investigación no son barcos de lujo, no son amplios internamente; los pasillos son estrechos, los camarotes son pequeños y no hay amenidades porque nuestro barco es de trabajo. Por lo mismo, adentro de la embarcación no puedes mantener la sana distancia. Un pasillo de menos de un metro de ancho no te lo permite; no puedes andar caminando y mantener la sana distancia; o en los laboratorios si varias personas se juntan a ver pantallas de las computadoras de los equipos de a bordo tampoco pueden respetar la sana distancia; en el comedor se tuvieron que cancelar lugares e instalar unas barreras de acrílico para evitar que más de 10 personas lo ocuparan al mismo tiempo".

"Además, adentro del barco no puedes tener una ventilación eficiente. Puedes abrir las claraboyas cuando el barco no está navegando pero hay muy poca ventilación porque no hay el flujo libre de aire, y cuando hablas de aire acondicionado lo que hace es recircular el aire que ya hay y eso tampoco es ventilación. Esos dos conceptos, el de la sana distancia y la falta de ventilación, complicó mucho la situación”.

Para poder zarpar, el Comité de Seguridad del Cicese hizo recomendaciones sanitarias y a todos los participantes les aplicó la prueba PCR, y todos salieron negativos.

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