El APL Panamá: un caso que resonó desde Ensenada hasta el resto del mundo marítimo


El encallamiento de enormes navíos de carga no es un evento extraño para el puerto de Ensenada, pues el reciente caso del bloqueo del canal de Suez puede que despierte los recuerdos sobre aquel día donde una embarcación extranjera quedo varada a la vista de todos los ensenadenses hace ya casi 15 años. 

Un acallamiento que colocó la ciudad en los ojos del mundo, provocó pesadillas logísticas de rescate, denuncias por contaminación ambiental, afectaciones a empresas carroceras en el resto de México y una batalla legal que sacaría lo mejor de las autoridades mexicanas al defender la integridad del puerto de Ensenada.  

El 25 de diciembre de 2005 aproximadamente a las 6:00 pm, el portacontenedores propiedad de la firma alemana MS ''Mare Britannicum'' Schiffahrtgesellschaft mbH & Co KG, con la bandera de Antigua y Barbados, de la naviera APL, mejor conocido como APL Panamá quedo varado en Playa Hermosa, a la altura de la colonia Punta Banda y a pocos kilómetros del acceso al canal de navegación del puerto. 

La nave de 260 metros de eslora y 11 metros de calado quedo enterrada en una zona de 8 metros de profundidad y dos días después las maniobras de recuperación habían comenzado, los ciudadanos que acudían a las costas de playa hermosa como a un nuevo atractivo turístico. 

La embarcación manufacturada en el año 2000 y con un valor estimado en 60 millones de dólares, presentó numerosas dificultades e intentos fallidos de recuperación, incluso con marea alta. 


Para el 1 de enero del 2006 el helicóptero Sky Crane de salvamiento inicio el traslado de equipo especializado que daría energía a la embarcación, ya que estando varada en la arena había perdido parte de su autonomía energética. 

Mientras esto ocurría, el problema jurídico que representaba la llamada avería gruesa del navío era muy real y sus consecuencias tenían trascendencia particularmente para empresas nacionales que tenían en el APL Panamá un importante cargamento de partes automotrices. 

El problema radicaba en esclarecer el error humano que origino que todo saliera tan mal como salió, lo que provocaría una evasión de responsabilidades y culpas que tendrían que resolverse independientemente del estado del navío en cuestión. 

Sin embargo, los abogados mexicanos, respaldados por las autoridades portuarias, pudieron establecer que la varadura ocurrió por la negligencia de la tripulación, en particular del capitán del buque quien no esperó a los pilotos del puerto para atracar y además se encontraba en estado ''inconveniente''. 

Demostrar la negligencia del capitán fue posible gracias a la oportuna y correcta actuación del entonces Capitán de Puerto, José Ríos Hernández, quien demostró con la argumentación jurídica y los reportes oficiales que los pilotos de puerto no fueron responsables del accidente marítimo, ya que la compañía naviera pretendía deslindarse de tal responsabilidad y culpar al puerto. 

La actuación de uno de los pocos especialistas en derecho marítimo que existen en México, Juan Carlos Merodio López, director del despacho especializado M&L Estudio Legal, dejo en claro el firme trabajo de las autoridades mexicanas para determinar la causa del percance, lo que permitió que jurídicamente se pudiera defender a empresas nacionales afectadas por el accidente marítimo. 

Mientras tanto los derrames de combustible habían provocado una denuncia por parte de la Profepa ante la PGR hacia la empresa dueña del navío por delito ambiental. Y para febrero el desabasto de autopartes generó la afección a la firma Nissan en Aguascalientes que provocó el cierre de la planta por tres días. 

Después de la descarga de contenedores, más derrames de combustible, la inevitable intervención estadounidense, otra afección a la firma Ford y más empresas por la falta de insumos.

La madrugada del 10 de marzo del 2006 

Finalmente, el 10 de marzo de 2006, también al igual que el Evergiven de Suez, a las 4:40 de la madrugada, el APL Panamá logro su reflote y la embarcación fue re-entregada a sus propietarios, el 12 de marzo alcanzó una posición de fondeo a 4 millas al suroeste del puerto de Ensenada. 

Posteriormente el miércoles 19 de abril, después de descargar los 513 contenedores restantes en el puerto y después de 115 días de estadía en Ensenada, el APL Panamá zarpó con destino a China.  

El rescate del APL Panamá resultó en uno de los episodios marítimos más importantes, requirió uno de los esfuerzos de salvamento comercial más grandes de la historia marítima y cautivó a la industria naviera no solo en México sino a nivel mundial llegando a ser considerado el segundo salvamiento más caro que se ha pagado hasta el momento, con un total de 47 millones de dólares, así como marcar un momento histórico en el Derecho Marítimo mexicano gracias al esfuerzo de las autoridades marítimas mexicanas.



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