El clima de movilidad

Un nuevo aire se respira en la ciudad, el aire de la movilidad. El centro de la ciudad y el valle de Guadalupe estuvieron concurridos, las vacunas llegaron y anuncian nuevos lotes del remedio contra la pandemia por coronavirus. El semáforo en casi todo el país es ya amarillo, ya no rojo ni naranja, hay hasta luz verde en algunos estados.

A la par que disminuyen o parecen disminuir los casos por covid-19, la otra pandemia sigue, la de asesinatos en Baja California y sus municipios.

Ensenada que a cada periodo bate las marcas en homicidios llegó a 93 en lo que va del año, 43 nada más en febrero. 418 en el año pasado.

En la calle cuarta de por sí vacía, en el cruce del arroyo Ensenada, ese espacio lineal que solo lo limpia el gobierno para que pasen los carros de la carrera, en un grupo de casas de madera, lona y lámina construidas al borde, un perro negro sale de una casa, la primera de la fila donde le dispararon a su dueña.

Dos policías municipales, algunos de la fiscalía, dos reporteras esperan afuera, dialogan. El cambio del clima extiende las sombras en el lugar, los eucaliptos le dan al lugar un aspecto sombreado y enigmático. Fue mujer la del primer homicidio del 2021, como esta mujer de 40 años la primera de marzo y la onceava en lo que va del año.

El cuarto de bloque de escaso metro y medio por cada lado cubierto con una lona azul suelta al poco viento, se agita, mientras los agentes y las personas siguen esperando. Pueden pasar horas así.

Y así es la autoridad, llega a la escena de un muerto, revisan. Cercan el lugar no dejan pasar a nadie, no revelan datos, si era morena, rubia, alta, delgada, nada con que alguien pueda identificarla en alguna publicación. Tal vez piensan que investigar es ocultar.

O, tal vez sea la estrategia de la fiscalía, a esperar que el caso se resuelva solo o que la gente olvide a los muertos y salga mejor a divertirse.

En parte la alegría por la disminución de casos de contagio se torna en tristeza o temor ante los casos de homicidio, queda esa sensación de que la autoridad va perdiendo. El semáforo de homicidios sigue en rojo y continúan esperando.