La compra de un venado muerto

El presidente Lopez Obrador está en lo cierto, con la adquisicion del total de las acciones de la refinería  Deer Park, en Texas, la gasolina no va a aumentar, es muy conveniente ese anuncio días antes de las elecciones pero el beneficio de esa propiedad se verá reflejado en los bolsillos, o más bien en el combustible de los mexicanos en unos 8 ó 10 años, cuando la mayoría esté pensando en comprar un auto eléctrico.  

La compra de 600 millones de dólares que vayan los mexicanos a saber de dónde salió ese dinero, o quién lo vaya a pagar en los proximos dos, tres o 10 años. Las instalaciones de Deer Park eran un activo incómodo para Shell, empresa holandesa, que ya empezó a transformar su imagen en proveedor de energías limpias.

La imágenes verdes e ilumninadas con que el Gobierno de México anuncia la compra del complejo industrial contrastan con los hechos que el complejo industrial texano se ha visto vuelto en los últimos años en demandas y escándalos por contaminación ambiental, y hasta casos de cáncer en habitantes de Houston y alrededores por derrames de benceno químico en el aire.

Pero eso al Gobierno mexicano no le importa. La visión que tiene Andrés Manuel de Pemex es que sea un símbolo de soberanía nacional, y de la autosuficiencia energética.

Expertos apuntan que el futuro de las petroleras ya no está en la refinación de combustibles, un negocio que es cada vez más costoso y que cada año será de menor demanda. Analistas coinciden que el futuro del petroleo es la petroquímica que es necesaria para producir páneles solares que es precisamente donde el presidente López Obrador dijo que "México no va a invertir".

Aunque muchos pueden cuestionar la decisión de Pemex, investigadores creen que Deer Park puede ofrecer valiosas ventajas a Petróleos Mexicanos como procesar allí mayores volúmenes de producción de crudo nacional y desplazar a los proveedores actuales, disminuyendo el mercado de exportación.

De acuerdo con el propio Pemex, al comprar Deer Park los mexicanos también adquieren también la deuda de la refinería, que alcanza los 980 millones de dólares. Lo que deja a Pemex como la petrolera más endeudada del mundo y su calificación crediticia es considerada especulativa. Esto quedó claro cuando las agencias crediticias, luego de anunciar la compra, bajaron la calificación de Deer Park.

El golpe de realidad es que quizás en 30 años esta refinería pierda total utilidad dada la expansión de las nuevas tecnologías de movilidad, de acuerdo a datos en 8 o 10 años la proporción de autos eléctricos alcanzará la proporción de autos convencionales, dado que la cantidad de autos a gasolina no ha aumentado los últimos años.

La tendencia de migrar a autos eléctricos seguirá salvo que sean prohibidos por decreto nacional. De momento Deer Park es un anuncio estratégico de 600 millones de dólares, la esperanza es que le alcance al presidente para lograr su ansiada soberanía sino se habrá invertido en un venado muerto.

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